LA PREGUNTA CLAVE ES… ¿QUÉ COCHE DEBO COMPRAR?

Al buscar qué coche comprar, se deben tener en cuenta varias consideraciones como el coste total de la propiedad, cuestiones prácticas como el tamaño, la comodidad y la funcionalidad, así como la conveniencia para recargarlo eléctricamente o con combustible.

Hoy en día, elegir qué coche comprar puede ser una decisión difícil. Hay una gama cada vez mayor de coches disponibles para comprar, desde los de gasolina y diésel “convencionales” hasta semihíbridos, híbridos completos o híbridos enchufables y coches alimentados por baterías e incluso algunos modelos de celdas de combustible. Exploraremos los factores que se deben tener en cuenta, puesto que elegir un coche nuevo depende en gran medida del tipo de usuario (individuo, empresa o familia), el uso práctico y el kilometraje.

El motor de combustión interna híbrido (electrificado) podría convertirse en la elección preferida para la movilidad individual, sus diversos grados de hibridación permiten a los coches con motor de gasolina y con motor diésel proporcionar los beneficios sobre las emisiones y la facilidad de conducción que muchos conductores buscan.

A medida que la tecnología continúa mejorando en todas las áreas para la propulsión de los vehículos, la gasolina y el diésel se mantienen como opciones viables y atractivas para cualquier persona que busque comprar un coche nuevo. El consumo de combustible está mejorando a medida que se introducen nuevos modelos, y por consiguiente, se están reduciendo las emisiones de dióxido de carbono (CO2) específicas para cada vehículo. Puesto que estos vehículos cumplen con los nuevos estándares sobre bajas emisiones Euro 6d-Temp o Euro 6d y ayudan a mejorar la calidad del aire local, hay muy poca diferencia, entre las emisiones de óxidos de nitrógeno y las partículas de cada uno de los tipos de sistemas de propulsión.

Por lo tanto, las decisiones de compra pueden tomarse basándose en los costes de compra y operacion, la comodidad, la practicidad y la elección personal. El diésel se considera una buena opción para distancias largas y cargas pesadas en particular, y ofrece ventajas en los costes de uso por medio de un mejor consumo de combustible. Aunque los coches de gasolina son generalmente más baratos que sus equivalentes diésel, tienen un mayor consumo de combustible específico según la distancia, lo que les convierte en una elección preferible si es probable que el kilometraje total sea bajo.

Con la mayor atención a la eficiencia del combustible y a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) como resultado de la restricción de los límites de la UE, se electrifican un número cada vez mayor de coches diésel y gasolina en una configuración “semihíbrida”, con tecnología de baterías que proporciona unos beneficios de ahorro de combustible de aproximadamente entre el 10 y el 15 %. Una mayor proporción de combustible más sostenible e incluso renovable entrará en el mercado en el futuro, lo que debería reducir aún más las emisiones de CO2 de un coche adquirido actualmente.

Aunque solo representan un pequeño porcentaje del mercado automovilístico europeo, los coches que funcionan con combustibles alternativos también pueden ser una opción relevante. El gas combustible, en forma de gas natural comprimido (GNC) o gas licuado de petróleo (GLP), puede ofrecer a los conductores menores costes de funcionamiento ya que el GLP es más barato que la gasolina y el diésel. A menudo, estos coches están disponibles como opción “bicombustible” (gas y gasolina), lo que proporciona mayor flexibilidad.

Los vehículos eléctricos totalmente híbridos (FHEV), la mayoría de los cuales utilizan un motor de gasolina junto con una batería que se recarga cuando se utilizan los frenos, llevan alrededor de veinte años disponibles en Europa. En un entorno urbano, pueden ser particularmente eficientes energéticamente, ya que funcionan principalmente con la batería. Por el contrario, su consumo de combustible sería similar a un vehículo convencional al conducir por una autopista, ya que dependería más del propio motor de combustión.

Los vehículos eléctricos híbridos enchufables (PHEV) son similares a los vehículos eléctricos de baterías (BEV), pero con un motor de combustión interna (a menudo, uno de gasolina) que se puede utilizar cuando se ha consumido la carga de la batería. Cuando están cargados, los PHEV pueden ser más eficientes en viajes cortos, ya que la batería solo puede proporcionar unos 65 kilómetros (40 millas) de conducción. Los PHEV pueden ser vehículos grandes y, por tanto, puede que no sean tan eficientes en términos de combustible como uno más pequeño cuando funciona tan solo con el motor.

Naturalmente, existe un gran interés por los BEV para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), especialmente el CO2. En ciudades y núcleos urbanos, los BEV suelen ser coches secundarios más pequeños para las familias. En la gama alta del mercado se encuentran los modelos grandes y los SUV, capaces de realizar más kilómetros. La tecnología está mejorando y la gama está aumentando, lo cual logra que los BEV sean adecuados para trayectos más largos.

Sin embargo, los BEV tienen un rendimiento relativamente bajo en términos de autonomía de la batería y tiempo de carga y son más caros que otros vehículos. Con los vehículos enchufables, es importante tener en cuenta cómo y dónde se cargaría el vehículo (por ejemplo, en casa durante la noche y/o en el trabajo durante el día). Aunque la infraestructura de carga para los vehículos eléctricos está mejorando, todavía está en desarrollo y no siempre es una opción disponible y práctica, especialmente para el aparcamiento en carretera y la carga. La proporción de estos coches en las carreteras de la mayoría de los países europeos sigue siendo relativamente baja, solo un pequeño porcentaje en las ventas de coches corresponde a BEV y la gran mayoría corresponde a vehículos convencionales. La lenta aceptación de los BEV sugiere que el costoe del vehículo sigue siendo prohibitivo, incluso con la ayuda de subvenciones.

Por ello, se requiere una cuidadosa consideración al pensar en comprar un BEV. Otro factor influyente podría ser la disponibilidad de subvenciones para compensar el precio del coche normal. Algunos países ofrecen subvenciones más altas, lo que permite que los BEV ocupen una mayor cuota de mercado.

En última instancia, cuando se trata de comprar un coche nuevo, la decisión de compra depende de una combinación de consideraciones: el coste, los aspectos prácticos (por ejemplo, la comodidad) y, a menudo, un elemento emocional. Al elegir uno de los muchos coches disponibles en el mercado, los compradores deben tomar su decisión basándose en cómo y cuánta distancia tienen pensado recorrer con su coche nuevo. Hoy en día, los nuevos coches diésel y gasolina son las opciones más cómodas y asequibles para la movilidad urbana y de larga distancia.